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Ejercicios de Piso Pélvico

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El piso pélvico está compuesto por una capa fina de fibras musculares y tejido conectivo asociado, que se extiende en el área por debajo de la pelvis, entre el hueso pubiano en la parte frontal, y el sacro ocoxis en la parte posterior (vea el diagrama más adelante).

  • Los músculos del piso pélvico se contraen cuando tose, estornuda o puja, ayudando a prevenir la pérdida involuntaria de orina.
  • Ayudan a soportar los órganos intraabdominales, especialmente en posición de pie.
  • Ayudan a proteger los órganos pelvianos de daño externo.
  • Ayudan a sostener los órganos pelvianos, como la vejiga, en una posición correcta.
  • Ayudan a controlar el paso de la orina, gases y movimiento intestinal.
  • Tienen un papel en la función sexual durante el coito.
  • A fin de poder cumplir bien su función, necesitan estar bien tonificados, tal como cualquier otro músculo del cuerpo.

La debilidad de los músculos del piso pélvico puede causar o empeorar problemas como:

  • Incontinencia urinaria de esfuerzo. La queja de perder orina en forma involuntaria al esfuerzo físico, incluyendo actividades deportivas, o al estornudar o toser.
  • Incontinencia urinaria de urgencia. La queja de perder orina en forma involuntaria asociada al deseo urgente de orinar.
  • Incontinencia urinaria mixta. La queja de perder orina en forma involuntaria asociada a urgencia y también por esfuerzo o actividades físicas, o al estornudar o toser.
  • Prolapso de Organos Pélvicos. Conduce a un abultamiento hacia la vagina, producido por el descenso de la vejiga, el intestino o el útero, o incluso fuera de la vagina en casos más severos.
  • Pérdida de la sensibilidad sexual, o sensación de ensanchamiento vaginal.
  • Hipoactividad. Como pasa con todos los músculos, los músculos del piso pélvico necesitan ejercitarse para trabajar bien. El ejercicio intenso, regular y decuado de los músculos del piso pélvico debería mantenerse durante toda la vida (no solo después de haber parido) y por lo tanto es muy importante.
  • El daño a estos músculos durante el embarazo y el parto.
  • El cambio hormonal asociado a la menopausia puede tener un papel en la debilidad de los músculos, pero aun es controversial.
  • Disminución del tono debido a la edad.
  • Daño a los músculos por esfuerzo sostenido en casos de estreñimiento, tos crónica u obesidad.

El ejercicio intenso y regular del piso pélvico ayuda tanto a fortalecer como a relajar estos músculos pelvianos, de modo que se hacen firmes y de soporte, pero no hiperactivos. Muchas mujeres tendrán mejoría en la recuperación de los síntomas de incontinencia urinaria de esfuerzo al aprender efectivamente estos ejercicios, evitando así o retrasando la necesidad de una cirugía.

Probablemente no sentirá que mejora el control sobre su vejiga sino hasta despues de 3 a 6 semanas, incluso, pero tomar hasta 6 meses hasta lograr mejorar. NO SE DESANIME!!

Es importante mantener la fuerza de los músculos una vez que haya completado el programa de ejercicio. Practicando sus ejercicios dos veces a la semana, 3 series de 8-12 contracciones 3 veces al día debería ser suficiente. Trate de incorporar estos ejercicios en las actividades cotidianas. Si no está segura de hacer los ejercicios correctamente, pregúntele a su médico familiar, enfermera especializada o fisioterapista para que la controle.

Es importante aprender a hacer los ejercicios en la forma correcta, y evaluar de tiempo en tiempo que aun los está haciendo en forma correcta. Su terapista puede ayudarle a entenderlos utilizando diagramas, dibujos y modelos.

  • Siéntese cómodamente con sus pies y rodillas bien separadas. Reclínese un poco hacia delante y coloque los codos sobre las rodillas. Recuerde respirar contínuamente, y mantenga el estömago, glúteos y muslos relajados.
  • Imagine que está tratando de detener el paso de un gas intestinal y al mismo tiempo tratando de impedir el paso de orina desde la vejiga. Debería sentir que la vagina y el ano se elevan y se estrechan.
  • Observar los músculos puede ser una forma efectiva de verificar si están trabajando apropiadamente. Recuéstese cómodamente en la cama; coloque un pequeño espejo entre sus piernas, con sus rodillas dobladas y separadas. A medida que levanta el piso pélvico debería observar como el ano y la entrada vaginal se elevan y se recogen.

Si observa que la entrada vaginal se ensancha, usted está pujando en vez de elevar, lo cual es opuesto a contraer el músculo del piso pélvico. Igualmente, si pierde orina o deja pasar un gas cuando hace los ejercicios es probable que esté pujando hacia abajo y no halando hacia arriba.

Al principio puede ser que usted no pueda contraer y relajar adecuadamente, no se desanime. La mayoría de los pacientes aprenderán a contraer y relajar si se les da algun tiempo para practicar por sí mismos en casa.

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